Ayer se fue un mes más del año. No cualquiera, sino uno que para todos tiene cierto significado. El estándar indicará, que es por nuestras fiestas patrias, en mi caso esa razón no califica (no porque no crea necesario o menos importante nuestro folklore), debido a que septiembre tiene una fecha mucho más importante.
El 17 de septiembre, era el cumpleaños de mi viejo. Desde el día que nos dejó de acompañar físicamente, no creo que haya existido un sólo dia en que no lo hubiese recordado, y en septiembre esos recuerdos fueron claramente más potentes. Se le extraña, independiente que en el último tiempo, la interacción se limitaba a conversar de temas puntuales y reírnos de cualquier cosa, momentos únicos y entrañables.
Se fue septiembre sin ese abrazo, sin ese regaloneo, sin aquel regalo que lo más probable que no usaras,… sin ver esa carita de alegría, pero llegó un septiembre que me permitió mandarte besos todos los días y sentir ese abrazo directo a tu corazón. Auguri por siempre viejo lindo.

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